martes, 11 de noviembre de 2008

CRÓNICA DE UN RECUERDO: KALLISTÈ

Leven anclas, suelten amarras, viento en popa a toda vela. Una partida incierta, un trayecto incierto, pero un destino aún más incierto.
Partimos con las maletas llenas de dudas, pero llenas de ilusiones; repletas de incertidumbres, pero repletas de ganas de conocer; salimos en busca de nuevas experiencias, de nuevas vivencias, de nuevos amaneceres.

Traemos presentes, traemos miles de historias que contar, traemos recuerdos, recuerdos que perdurarán en nuestros corazones como grabados a maza y cincel. Traemos una huella, una marca que será imposible borrar; gracias a un paisaje, a una montaña, a una playa, a una puesta de sol, a un amanecer, y sobre todo, gracias, a una compañía, a una amiga, a un amigo, a unos amigos. Regresamos con cosas que nunca nos servirán para explicar, para exteriorizar, para hacer sentir lo que allí y aquí se vivió, esto, solamente, se puede vivir.

Una unión se ha creado con esta isla en la que tanto se cantó, se danzó, se rió, se lloró… se vivió; un lazo fuera de lo real, de lo natural, pero dentro de lo humanamente creíble; una pasarela que se escapa a lo tangible, a lo medible, a lo cuantitativo; una unión que no se explica, una unión que se siente.

Fuimos 25 expedicionarios, volvimos 25 amigos; fue una expedición, volvió una amistad.
Un grupo de amigos tan fuertemente unidos cuan resistentes eran antaño los nudos de los navíos corsarios de esta isla del centro del Mediterráneo.
El Mediterráneo, cuna de grandes imperios, de antiguas civilizaciones, de sangrientas guerras: cuna de una amistad, la amistad:
CORSICA EXPRESS ´08

Un día despiertas de este sueño tan real, y ves que ese breve paréntesis en la rutina, en la monotonía, te ha hecho mejor persona, más humilde, más sabio. Pero ese despertar te expone una falta, una falta importante, un gran vacío en eso a lo que le llaman alma, pero la realidad es que lo grande, lo más grande, lo tienes: la experiencia y la amistad.

Desde la rutina esperaremos un nuevo rumbo donde nuestros pasos nos quieran llevar; viviendo en estado de espera, siempre en estado de espera…

Kallistè, en verdad tu eres, la Más Bella.

Alvaro Ortiz de Uriarte Cuenca